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El 76,8% de la juventud española aprueba el matrimonio entre personas del mismo sexo

15/05/2011

* Un 86,4% opinan que debería poder hablarse con naturalidad sobre diversidad sexual.
* Un 81,7% acepta relaciones entre varones y un 84,1% relaciones entre mujeres.
* Un 74,1% acepta las operaciones de reasignación sexual en personas adultas.

El director general del Injuve el sociólogo del CIMOP y el presidentde la FELGTB

El director general del Instituto de la Juventud (Injuve), del Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad, Gabriel Alconchel, junto al presidente de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB), Antonio Poveda, han presentado hoy los datos obtenidos en un estudio cualitativo y un sondeo cuantitativo realizado por el CIS sobre las opiniones y actitudes que tiene la juventud española ante los y las adolescentes y jóvenes lesbianas, gais, transexuales y bisexuales.

El director general del Injuve, Gabriel Alconchel, ha explicado que con esta investigación encargada por el Injuve "tratamos de dar un paso más y de aproximarnos a cómo, desde el conjunto de la población adolescente y joven, se considera a estos jóvenes con una orientación sexual o identidad de género minoritarias: qué percepciones se tienen de ellos; qué imágenes y estereotipos son los que imperan hoy; qué clase de discursos sobre la diversidad sexual y las personas LGTB circulan entre el colectivo joven, y en qué grado se mantienen conductas homófobas".

El director general del Injuve ha señalado "los avances alcanzados durante los últimos años en España, que nos ha convertido en un referente internacional en ampliación de libertades civiles y derechos sociales. Estos cambios legales se han consolidado gracias a la juventud y a su capacidad para asimilar y adoptar los nuevos derechos como el matrimonio entre personas del mismo sexo. La juventud ha ejercido de educadores de sus padres a la hora de abrir mentalidades y propiciar mayor tolerancia respecto a la diversidad sexual".

No obstante, Alconchel ha señalado que "quedan muchos obstáculos y discriminaciones por eliminar. Como señala este sondeo miles de jóvenes siguen sufriendo discriminación sexual en el ámbito educativo. Hacen falta más recursos y más compromiso por parte de todos y todas. La ley de igualdad de trato y no discriminación va a suponer un antes y un después para erradicar conductas discriminatorias en cuanto que va a dotar a los ciudadanos de nuevos derechos y más garantías".

Junto a esto, el presidente de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB), Antonio Poveda, ha añadido que las propias experiencias de las personas que participan en la FELGTB así como de algunos estudios realizados a este respecto en el ámbito escolar, "manifiestan la persistencia de dichos prejuicios y alertan sobre los casos de exclusión, de acoso escolar y de violencia física o psíquica que sufren los adolescentes y jóvenes que expresan una orientación sexual diferente al canon heterosexual dominante".

"Resulta urgente comprender y actuar sobre esta problemática, reaccionar a ella desde las instituciones educativas y los centros de enseñanza y comprometernos en educar a los jóvenes en el respeto, el rechazo a la discriminación y en la vivencia positiva de la diversidad sexual, tanto desde las familias como en las aulas o en la vida social en general", ha remarcado Antonio Poveda.

Datos de la investigación

Los datos muestran un retrato del joven LGTB como un chico o chica que se ha visto forzado en incontables ocasiones al secreto y al ocultamiento; que, como la población juvenil en su conjunto, percibe importantes déficits en la educación sobre la realidad afectivo-sexual LGTB; que se siente rechazado, principalmente, por los varones heterosexuales, incluso por los de sus propias familias, y a quien le resulta más sencillo establecer amistades con chicas que con chicos; que encuentra mayores dificultades para ser aceptado en las localidades pequeñas que en las grandes ciudades; que se halla expuesto – sobre todo los varones LGTB– a la amenaza constante de la violencia verbal y psicológica y, en menor medida, incluso de la agresión física.

La población joven que se reconoce como LGTB es de un 6% que corresponde a 540.000 jóvenes en España y unos 180.000 adolescentes LGB en enseñanza secundaria. Esto quiere decir que en cada centro de enseñanza hay varias docenas de jóvenes no heterosexuales expuestos al riesgo de exclusión y acoso.

Se aprecia un avance más que evidente en los discursos y las mentalidades de las y los jóvenes alrededor de la homosexualidad y la diversidad sexual pero, sin embargo, tal avance no se habría producido de igual manera en las prácticas y las actitudes cotidianas, que se sitúan aún en lógicas más "retrasadas" respecto de la notable evolución ideológica.

La juventud acepta y convive positivamente con la diversidad sexual. Así: 

  • Un 54,6% tiene amigos gais (37,2% lesbianas, 24,9% bisexuales, un 3,5% transexuales). 
  • Un 86,4% opinan que debería poder hablarse con naturalidad sobre diversidad sexual. 
  • Un 81,7% acepta relaciones entre varones y un 84,1% relaciones entre mujeres. 
  • Un 76,8% aprueba el matrimonio entre personas del mismo sexo, 81’2% si sólo contamos españoles, 71’2% de los votantes del PP y el 52’7% de católicos practicantes. 
  • Un 74,1% acepta las operaciones de reasignación sexual en personas adultas.

Esta investigación también señala que en las últimas décadas se han producido cambios muy significativos a este respecto, pero no todos los colectivos LGTB se han beneficiado de estas aperturas en igual grado: mientras que los varones homosexuales están logrando unos índices de aceptación y visibilidad substanciales, lesbianas, bisexuales y, sobre todo, las personas transexuales continúan en mucha mayor medida tras un muro de silencio y rechazo. La incomprensión de la transexualidad profundiza el rechazo hacia estas personas. Los entornos más modernizantes (núcleos urbanos) y los sectores juveniles más progresistas en lo ideológico tienden en mayor medida hacia el discurso emergente y tolerante.

Los estudios también nos reafirman que existen diferencias muy marcadas entre chicos y chicas a la hora de mostrar respeto y tolerancia ante las personas LGTB.

La televisión es la principal – y casi única – fuente de información sobre la diversidad sexual para los/as jóvenes, y los principales modelos y referentes de personas LGTB vienen de ella. Hay un escasísimo conocimiento de personajes LGTB históricos, literarios, culturales, etc. ya que tanto en la familia como en el ámbito escolar hay una importante carencia de diálogo sobre el tema. Es el conocimiento directo de personas LGTB el que aparece como clave para, simultáneamente, informarse sobre la realidad de las personas homosexuales y para construir actitudes más abiertas hacia ellas.

La expresión pública de afectos entre personas del mismo sexo continúa siendo un aspecto controvertido. Aparece entre los/as jóvenes una mayor aceptación de las muestras de afecto entre mujeres. El “asco” y/o el “morbo” surgen una y otra vez. Así, el presidente de la FELGTB ha subrayado la “necesidad de trabajar en la des-naturalización de tales resistencias sobretodo en colegios e institutos, donde existe un cierre total a la más mínima muestra de afecto homosexual o bisexual y donde no se están tratando estos temas: un 60% del alumnado recibe poca o ninguna educación sexual y un 41,3% no recibe ninguna información sobre diversidad sexual”.

La forma que tiene el grupo de iguales (más masculinista e intolerante, o por el contrario, más plural, inclusivo y tolerante) tiene, igualmente, una gran importancia en la aceptación o discriminación de personas LGTB. Un 81,1% si su mejor amigo le dijera que es homosexual lo aceptaría como otra opción sexual y no cambiaría nada.

Dentro de las familias no existe apenas diálogo sobre la cuestión de la diversidad sexual. Los jóvenes, además, tienden a asociar a sus padres con posiciones de rechazo e intolerancia. Sólo un 22% cree que el padre aceptaría totalmente a un hijo gay y un 47,9% cree que la madre aceptaría totalmente a un hijo gay. “No obstante, en los estudios se percibe una cierta apertura respecto del pasado, apertura en la que los propios jóvenes estarían cumpliendo un papel, al constituirse muchos de ellos en educadores de sus padres en opiniones y actitudes más tolerantes”, ha matizado Gabriel Alconchel.

Persisten aún en el entorno juvenil rasgos muy evidentes de homofobia y discriminación, en diferentes formas, desde la hostilidad estructural a la violencia física, del insulto a la risa. Un 77,4% de la juventud ha escuchado insultos y un 18,1% ha presenciado golpes y empujones. El cotilleo, la burla humorística o el insulto no son muchas veces comprendidos como conductas homófobas, de tal modo que se relativizan sus efectos negativos. "Si la juventud valora positivamente la diversidad sexual, ¿por qué se siguen permitiendo estos niveles de agresividad y exclusión que conducen con terrible frecuencia a la depresión, la angustia e incluso el suicidio? ¿Por qué el sistema educativo no se toma en serio un problema que se evidencia tozudamente investigación tras investigación? ¿Qué tiene que suceder para que los jóvenes LGTB sean tomados en cuenta dentro del sistema educativo?", ha añadido Antonio Poveda.