SONREID, Ayudas Injuve 2015
Director de proyecto: Luis Caballero.
Disponible solo online.
Sonreíd es una propuesta expositiva innovadora, de comisariado poético y colectivo, que nace de la necesidad de articular un conjunto heterogéneo de nueve creaciones artísticas de música, cómic, ilustración, diseño y poesía- seleccionadas para las Ayudas Injuve a la Creación Joven 2015. Toma su nombre del poemario inconcluso de Alba González Sanz, galardonada también con las Ayudas Injuve de ese mismo año, y que funciona como eje interpretativo del proyecto.
Frente a la opción habitual de entregar el comisariado de la muestra a un experto, el Área de Creación de Injuve ha decidido apostar por una dinámica de comisariado colectivo. Partiendo de los textos del poemario Sonreíd, los propios artistas y los profesionales del Injuve han generado un discurso expositivo común que, sin dejar de valorar cada creación en sí misma, presenta el conjunto de todas ellas como un relato generacional de las contradicciones afrontadas por los jóvenes de hoy en día.
Una labor en común
Este comisariado colectivo otorga a los jóvenes creadores implicados el control sobre su propia exposición. Con ello pretende favorecer su profesionalización, al enfrentarles a la responsabilidad de colaborar en un producto cultural mayor que su propia obra. Además, utiliza una voz joven, la de Alba González, para interpretar la obra de otros jóvenes, facilitando un diálogo entre coetáneos que pone de manifiesto sus inquietudes y problemáticas comunes, mediante formas de expresión generacionales, claras y directas. Todo este proceso quiere, también, dar lugar a un discurso expositivo más relevante y accesible a nuestro público objetivo: los propios jóvenes.
Para alcanzar estos objetivos, la utilización del poemario de Alba ha constituido nuestra estrategia central. Sus poemas aparecen asociados a cada obra expuesta, vinculándola a un momento vital distinto; con ello proporcionan un hilo conductor que permite leer la muestra como un relato o discurso unitario, desde la niñez a la edad adulta y a la intuición de la muerte. También, junto a cada obra y complementando al poema, hemos colocado una segunda cartela en la que cada joven creador ofrece una descripción de su trabajo, desde su propia óptica.
Esta estructura expositiva organiza la exposición como un relato coherente; al mismo tiempo, visualiza un diálogo entre jóvenes artistas (poeta - resto de autores) en torno a diferentes realidades; y, finalmente, facilita la incorporación activa del visitante al juego interpretativo que aquellos desarrollan frente a él.
Conversaciones entre artistas jóvenes
La asociación de cada obra expuesta a dos interpretaciones distintas, una poesía y una descripción de autor, genera un diálogo que se desarrolla ante los ojos del visitante. La poeta y los artistas se remiten y valoran una misma realidad o referente, si bien cada uno desde su lenguaje y empleando las figuras retóricas propias de su ámbi to. Se trata de una conversación intrageneracional, en la que cada creación ayuda a entender la otra, a través de un juego de hipótesis y contrastaciones cruzadas.
El resultado da voz a los jóvenes a través del arte, y nos sitúa ante la intuición de una visión sociológica completa y compleja, síntesis de sus problemáticas comunes. Entre estas encontramos la noción de maternidad, asociada a la sobreprotección de la infancia y a la idea irrevocable del paraíso perdido (Newbies y Yo oso ); la adolescencia y la difícil relación con un mundo adulto desprovisto de valores (Febrero para galgos ); crecer joven sin referentes absolutos, en una postmodernidad líquida donde todos los relatos (ciencia, religión, estética) son equivalentes, absurdos y dudosos, y no ofrecen asideros ante una sociedad de subempleo y vida low cost (Materia ); y, como consecuencia, una gran variedad de respuestas, de formas de resiliencia, desde discursos apegados a los concreto, formalmente creativos pero con escasa capacidad explicativa o intencionalidad política (HOODOO VOODOO ), hasta propuestas dirigidas a cambiar el planeta y nuestro entorno (Calypso y HOIST). Tampoco faltan el reconocimiento de la muerte y la intuición de una existencia falta de sentido, parejos a la celebración constante de la sensualidad de la vida y el deseo de disfrutarla (Looping Greis). Interpretadas desde el diálogo poético, las obras se convierten así en símbolos de la realidad social en que se encuadran, observada desde la mirada de todos estos jóvenes creadores.
Una invitación a la interpretación libre
Al mostrar explícitamente el diálogo entre las subjetividades de los artistas, el equipo de Sonreid quería, al tiempo, invitar a los visitantes a seguir su ejemplo; deseábamos que se incorporaran activamente a la conversación, al juego interpretativo, como un tercer actor.
La propuesta implícita consiste en animar al público a imitar el rol de Alba, prolongando o reformulando, desde la subjetividad de cada uno, la conversación que ella establece con cada una de las obras expuestas. Esta estrategia de comunicación facilita una nueva vía de relación con las obras y con el mensaje de la muestra. Por su propia naturaleza, la poesía busca sólo evocar en el lector sensaciones o experiencias análogas o parecidas a las que sugiere el poeta. Por eso, cuando la poesía acompaña a otras obras, como en este caso, no nos brinda el sentido exacto de las mismas: más bien nos sitúa en el espacio de la interpretación subjetiva, animándonos a buscar en nuestra propia experiencia referencias y significados desde los que interpretar los objetos expuestos.
La estructura específica de las poesías de Alba favorece además esta implicación del visitante, a través de una propuesta de lectura paradójica de las obras expuestas. Primero empática, cuando asocia cada creación a recuerdos y experiencias vitales gratos y queridos; y luego problemática, al hacernos tomar conciencia de que nuestras ilusiones y recuerdos no se corresponden con la realidad vivida, más compleja y triste que la que habita nuestra memoria.
La poeta actúa así como mediadora, es un canal entre nosotros y las obras. Se exhibe a sí misma en la lectura de la exposición, declarando por qué cada obra le interpela, y de qué modo, como un espejo, le remite a las experiencias, las dudas y las certezas que la constituyen. Con ello ofrece un método de lectura subjetivísima de la exposición que todos podemos seguir. Legitima la vivencia de cada uno como marco interpretativo, desde la que dialogar con cada obra partiendo de nuestra individualidad, recuerdos y experiencias. El discurso poético abre la puerta al diálogo abierto entre el espectador y la obra, estableciendo las concomitancias vitales entre creadores y espectador como bases de la conversación.
Sonreid ¿Realidades o lecturas paradójicas?
Sonreíd es un conjunto de obras que evidencian, a través del diálogo entre jóvenes artistas, las contradicciones de la sociedad contemporánea. Una realidad en la que se entremezclan el amor por la vida, la autoconciencia más crítica y las propuestas más utópicas. Sonreid nos invita a prolongar estas lecturas paradójicas desde nuestra propia individualidad.
No se trata de un juego vacío. La propuesta es escrutar la realidad con mirada crítica, de frente, sin fingimientos; rememorando y disfrutando cuando cabe hacerlo, y reconociendo constantemente los límites que marca la realidad. Olvidando la exhortación social a Sonreir, se trata, finalmente, de atreverse a vivir.